sábado, 6 de noviembre de 2010

Glory Box


Se balanceaba entre sus brazos, pensando en que pronto el sueño vendría. Cerraba los ojos y los abría a intervalos que cada vez eran más largos, y le tocaba el pelo, ese pelo que se enredaba entre los dedos, suave, largo, suyo. Su olor a agua caliente, jabón y canción en la ducha se le antojaba como lo mejor que había olido, ya ni siquiera se acordaba de que antes le encantaba el olor a tierra mojada. Besó su cuello justo antes de quedarse dormida y pensó que ese sería su mejor recuerdo de Barcelona.


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