sábado, 18 de diciembre de 2010

Alternativas

Pongámonos en situación, imaginemos una jaula en la que hay una vaca y un león. La vaca lleva días sin comer, casi una semana, y en frente de ella hay mucha hierba, verde, fresca, apetitosa. Pero para llegar a la hierba la vaca tiene que pasar primero por delante de un león, ella sabe que si pasa éste no dudará en comérsela. La vaca se encuentra, pues, ante una difícil decisión: morir de hambre o morir devorada por el león. Piensa en ir hacia la hierba, pero se lo piensa mejor y vuelve a su sitio una y otra vez, una y otra vez. Hasta que pasados unos días la vaca acaba por volverse esquizofrénica.
Pues bien yo soy esa vaca, estoy muerta de hambre, iría directa hacia la hierba, sin pensármelo ni un segundo. Pero claro tengo un león de casi una tonelada en frente de mí, y sé que si paso por delante me come sin dejarme lugar ni tan siquiera a correr. ¿Voy hacia la hierba?..Voy….Bueno mejor no voy…¿Voy hacia la hierba?...No voy…Bueno mejor sí voy.
El ir o no ir son las dos opciones que tengo. O quizá no, quizá existan una tercera y hasta una cuarta, puedo esperar a que el león también pase hambre y a ver quién aguanta más de los dos sin probar bocado. O puedo cambiar mi dieta y comenzar a comer leones.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Carta a mi mitad

Pequeño, esto no son consejos, ni dogmas que tengas que seguir. Simplemente es todo lo que puedo hacer por ti ahora que no estoy a tu lado para tumbarnos en la cama y hablar sobre como te va la vida, como nos sentimos o sobre lo buena que estaba la comida de mama.
No sé como empezar esto por que realmente es difícil y para variar no quiero ser brusca. Pero empezaré diciéndote que no siempre la vida es justa, y que es una verdad a medias eso de que siempre recibes lo que das. Sí es cierto, recibimos cuando damos, como cuando le enseñas a Hugo algo y él te responde con una sonrisa o un beso, o cuando te cansas de estudiar y recibes una buena nota…pero sólo recibes cuando eliges a la persona correcta a quien dar o lo correcto en lo que esforzarte. Tú eres de esos que repartes todo lo que tienes, te das al completo en un espacio muy corto de tiempo sin conocer a quien realmente tienes delante y ese es un gran fallo, aprende a conocer a los demás y a ser selectivo con quien tienes al lado. No, no te digo que a partir de ahora te conviertas en alguien desconfiado sino que simplemente te guardes algo tuyo para ti, que sientas que existe una parte de ti que solo le darás a alguien que realmente lo merezca. Porque así cuando las cosas acaben no te sentirás vacío, te mirarás dentro, algo que creo que haces ahora muy a menudo, y dirás “joder, este soy yo, lo que pensaba que había perdido todavía existe”.
Y, es cierto, nos miramos en el espejo del que tenemos delante pero no siempre es así, hay veces en las que sólo es necesario que tú sepas quién eres para sentirte seguro y feliz con lo que haces.
La seguridad en uno mismo es algo muy importante Dani y si hay veces en las que no te sientes seguro de ti mismo piensa en todo lo que has conseguido en tu vida, las metas que una a una has ido alcanzando, con mayor o con menor esfuerzo, pero que están hay, lo realizado que te has sentido cuando has conseguido tus objetivos. Y si esas metas no son suficiente para ti, no te dan la seguridad que todavía necesitas para dar otro paso hacia delante, mira a tu espalda solo por un segundo y siente todas las manos que te sujetan para que no te caigas.
Ahora sé que sólo te preguntas ¿por qué? Y no hay explicación para ese por qué, las cosas pasan por que no todos somos iguales y a veces no encajamos, es ley de vida, para encontrar primero hay que buscar. En esa búsqueda encontrarás bueno, peor y mejor, pero cada situación y relación te aportará algo distinto que te hará crecer como persona por que al fin y al cabo de eso trata la vida.
No quiero acabar esta carta a mi mitad, tú, sin darte un consejo. Y es que te quieras más a ti mismo, que convivas con tu parte mala, que la sobrelleves y que aprendas a quererla porque, a veces, son esos pequeños defectos los que nos hacen diferentes, únicos e importantes para los demás. Pero no dejes de cuidar lo bueno que tienes, lo que también te hace único, tu parte positiva, tu sonrisa.
Disfrútalo todo por que las cosas solo pasan una vez en la vida y hay veces en las que también está bien llorar un poco y darnos cuenta de que no somos tan fuertes como creemos.
Somos humanos pequeño y como tales nos equivocamos, así que no sigas martirizándote y deja de querer llenar ese hueco que tanta falta te hace llenar con cualquiera, espera y disfruta.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Vuelvo a las andadas

Recogió las migajitas que de él quedaban en ella, las hizo un atillo y las tiró por la ventana. Tiró los besos en la puerta, las manos agarradas, el zumo de la mañana…todo, no quedo ni siquiera la caricia que se escapaba a media noche. Y es que esa era su naturaleza, no podía hacer más, era adicta al pseudoamor, y cuando el efecto de éste pasaba lo único que podía hacer era pedir perdón, agachar la cabeza y decir que se había equivocado. Era consciente del daño que hacía, pero no existen clínicas de desintoxicación para los adictos a lo efímero.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Palabras

Necesito hablarte, que me digas, que yo te diga. Que nos hemos equivocado, yo por no hablar, y tú no sé por qué, tienes que ser tú el que pienses si has hecho algo mal o no. Ni quiero ni puedo seguir, no puedo, te besaría

sábado, 6 de noviembre de 2010

Glory Box


Se balanceaba entre sus brazos, pensando en que pronto el sueño vendría. Cerraba los ojos y los abría a intervalos que cada vez eran más largos, y le tocaba el pelo, ese pelo que se enredaba entre los dedos, suave, largo, suyo. Su olor a agua caliente, jabón y canción en la ducha se le antojaba como lo mejor que había olido, ya ni siquiera se acordaba de que antes le encantaba el olor a tierra mojada. Besó su cuello justo antes de quedarse dormida y pensó que ese sería su mejor recuerdo de Barcelona.


domingo, 24 de octubre de 2010

I´m a loser baby.

La naturaleza de cada uno , es la naturaleza de cada uno. Y algunos somos de naturaleza perdedora, no, no es que me está compadeciendo de mí ahora mismo, eso ya lo superé hace tiempo. Ya llevo algunos años aceptandome y conociendome lo suficiente como para que no se me escapen las lágrimas en estos casos.
Esta primera entrada es más un análisis de la situación, análisis de consecuencias como diría la protagonista de uno de mis libros preferidos. Y es que hoy he llegado a la conclusión de que los perdedores, o sea personas que están acostumbradas a que las ostias vengan de todos sitios, cuando no tenemos problemas nos los creamos. Es como una adicción a sentirte mal, nostalgia del llanto, de la congoja,  podríamos decir que somos yonkis de la pena. Suena raro lo sé, pero es como me siento después de cagarla por enésima sin motivos aparentes.
Hay un momento en el que todo es perfecto, todo es de color de rosa, la vida te sonríe, pero tras ver tantas veces como los castillos en el aire se esfuman piensas que algo huele mal, que pronto llegará el final de esta situación de felicidad, que nada es eterno. Te comes la cabeza, le buscas a todo un trasfondo oscuro, desconfías y la cagas. Y al final te das cuenta de que no sabes vivir la felicidad, de que te sientes mejor quejándote y maldiciendo a Dios por la vida de mierda que te ha tocado vivir.
Los perdedores no sabemos vivir la felicidad, lo intentamos, pero no lo conseguimos por que siempre estamos pensando en qué vendrá después, nunca estamos al cien por cien en el momento feliz. Con ello no quiero decir que no seamos felices, al contrario, tenemos un sucedáneo de felicidad que si no es comparable a la felicidad absoluta que muchos de los demás seres mortales dicen experimentar, nos vale para no volvernos locos.
Y ahora personalmente, quiero seguir creyendo que mi sucedáneo de felicidad no se ha terminado y que puedo volver a la normalidad, que mi adicción tras dos días de vagar por la casa como un alma en pena ya se ha visto satisfecha. ¿Será que me da miedo ser feliz?